miércoles, 1 de octubre de 2014

El despertar

Han pasado... ¿Días? ¿Semanas? Para ser honesto ignoro mucho mi situación actual. No ha ocurrido últimamente en este tiempo nada relevante, salvo ponerme al tanto de mi vida. Me siento débil, mis músculos están atrofiados, apenas puedo estar en pie, me cuesta mucho coordinar movimientos y per se respirar ya es un gran esfuerzo. Mi memoria está hecha pedazos, recuerdos difusos que van y vienen, persisten  como la imagen de un viejo sueño. Todo es tan confuso, los lugares, el tiempo, los olores, los sabores...  Agh ojalá me hubiera quedado así para siempre.
            Judith irrumpe mi tranquilidad apareciéndose en la habitación, sus ojos están llenos de entusiasmo y su cara llena de alegría. Bueno, al menos es la única que se alegra por verme. Se nota que viene emocionada.

             -Estuve hablando con el doctor, un par de estudios más y te dará el alta ¡Podrás ir a casa!

-Meh, como si eso fuera a cambiar algo.- Replico con tono de amargura.

-Traje tu comida favorita, pescado al horno con ensalada rusa. Bueno, no es como la que solía hacer mamá pero hice lo que pude. Sé que no te gusta la comida de hospital así que lo preparé especialmente para ti.-Me responde de manera alentadora.      

-Los doctores dicen que tienes que comer ¿Que te sucede? Debes de comer algo, no puedes estar enganchado a ese suero por el resto de tu vida.

-¡A mí nadie me pregunto si quería seguir viviendo, entiendes!-Le contesto  muy enojado.

             -Escucha, sé que esto no ha sido fácil-Tratando de calmarme.-Y solo porque hayan pasado muchas cosas en estos dos años, incluyendo la muerte de mamá, yo solo trato de ser  fuerte...-Se queda sin aliento repentinamente y descarga un llanto desconsolado. Se va de la sala con un profundo dolor.

No puedo evitar el pensar que todo esto es mi culpa. Es un dolor que nunca sanará. Las cosas afuera están mal, ningún familiar ha venido a verme salvo mi querida hermana. Mis amigos se han borrado, he perdido mi casa, el auto está hecho pedazos y puede que nunca vuelva a estar en condiciones para trabajar.  Lo he perdido todo, ya no tengo motivos para seguir viviendo. Es muy tarde para actuar,  tarde para volver a amar, tarde para recuperar mi vida.
Intento dormir pero me es imposible, el insomnio me tiene atrapado entre sus puertas esta noche,  las horas pasan y pasan. Me duele demasiado la cabeza, es demasiado insoportable, tengo que hacer algo. Me levanto lentamente de mi pieza para no hacer ruido,  abro lentamente la puerta;  no hay nadie, me apresuro por salir.
Observo que al final del pasillo al lado de la sala de terapia intensiva hay una camilla vacía y a su lado una mesa de instrumentos. Me acerco a curiosear y puedo ver que entre todas las cosas hay una ampolla de morfina. La verdad es que este dolor es demasiado fuerte y no creo que pueda conciliar sueño esta noche y además tengo experiencia inyectando insulina ¿Que tan distinto puede ser?


Tranquilamente me siento en esa camilla, apunto a la vena de mi brazo y lo dejo fluir. Procedo a recostarme,  de seguro no tardará en hacer efecto. Lo estoy sintiendo, todo el dolor desaparece y el estupor se apodera de mí. Estoy sumergiéndome en un mar de placer ¿Espera, dónde estoy? Es como si hubiera muerto y entrado al cielo. Un momento, detrás de esas nubes veo a alguien conocido, oh no lo puedo creer ¡Es ella! Salgo a correr y grito con todas mis fuerzas:

-¡Amoooor, Emily soy yo!- gritando a todo pulmón.

Se la ve acercarse lentamente pero con pisadas seguras, desde aquí siento su inconfundible perfume violeta y observo su sonrisa campante. He perdido la noción del tiempo ya ni recuerdo cuando fue la última vez que la vi. Los segundos se vuelven eternidades, la espera es agobiante. Finalmente llega hacia mí y un silencio se apodera de nuestras mentes como el cierre de un ciclo. Me atrevo a romper el silencio.

-Emily, no puedo creer que vuelva a verte, no me abandones por favor. No sabes lo mucho que te necesito ¡Perdóname por favor! Te extraño demasiado, no sabes lo perdido que me siento sin ti por lo que más quieras no me dejes.

-Cariño, yo nunca me fui. Siempre he estado contigo y lo seguiré estando. En tu corazón, en tus pensamientos, en cada momento que tú me necesites. Solo tienes que mirar en tu interior y sabrás que no estás solo. Lo que ocurrió aquella noche no fue tu culpa, en serio. Tienes que perdonarte a ti mismo y abandonar este sentimiento de culpa. Pero ahora tienes que dejarme ir, algún día nos encontraremos, adiós.

-No por favor, espera. Hay tantas cosas que tengo que decirte, no te vayas ¡No!

Las palabras son inútiles, ya se desvaneció entre las nubes. De repente la realidad en la que me encuentro empieza a colapsar sobre sí misma, me siento cayendo en un abismo sin fin. Creí que nunca tocaría fondo pero lo hice. Puedo sentir como mis memorias se van acomodando, esta sabiduría que me fue transferida va creciendo en mi interior. Las palabras que me dijo, fueron grabadas a fuego en mi cabeza, jamás las olvidaré.
Eventualmente me despierto, ya es de mañana. La enfermera había traído el desayuno y lo dejó sobre la cama. Como sin asco y con más entusiasmo que el de costumbre. Puede que haya perdido todo, pero me aseguraré de ir recuperando una por una todas las cosas que he perdido en estos años. Estoy decidido a hacerlo, no es algo que vaya a ocurrir de un día para el otro. Tengo la certeza de que al final todo valdrá la pena y que el sufrimiento que siento ahora es solo temporal, y la felicidad que tendré lograr mis metas será eterna y capaz de vencer a cualquier penuria.
El tiempo pasa y finalmente me dan el alta, mi hermana me dio un techo en su hogar. No puedo evitar ver las cosas distintas desde aquella noche en el hospital, algo en mi cambió. El coma me ha dejado destrozado; el primer despertar ha sido duro, mañana comienzo la terapia de rehabilitación. Mi primera misión será investigar a fondo qué es lo que sucedió exactamente la noche del accidente, no sé porque pero algo me dice fuertemente que no fue precisamente un accidente…

1 comentario:

  1. Bueno, muchacho, me alegro mucho que te hayas animado a comenzar el blog, éxitos! :)

    ResponderBorrar